La voluntad de Dios es la libertad
septembre 24 / Gloria Copeland
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Acérquese más cada día
septembre 25 / Gloria Copeland
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Un poco cada día
septembre 22 / Kenneth Copeland
Y dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé? Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció, y se hizo árbol grande, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.
La unidad de la fe
septembre 21 / Kenneth Copeland
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Es hora de tomar las cosas en serio
septembre 20 / Kenneth Copeland
Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré... Cuando me acuerde de ti en mi lecho, cuando medite en ti en las vigilias de la noche.
Acerca de los ángeles
septembre 19 / Kenneth Copeland
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.
¿Para qué le creó Dios?
septembre 18 / Kenneth Copeland
Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.
Sea valiente
septembre 17 / Gloria Copeland
Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
Dé la cara por sus principios
septembre 16 / Kenneth Copeland
Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.