avril 02

¡Qué futuro!

Kenneth Copeland
Juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

Por años la gente me ha dicho que la razón por la cual Dios nos salvó es para que cuando lleguemos a la Gloria, podamos pasar el resto de la eternidad amándolo y adorándolo. Pero eso no es así. Suena muy bonito, pero es algo que alguien ha inventado.

Dios no es egoísta; más bien es todo lo contrario. Él es el dador por excelencia; el amante supremo. Él no hace nada tan sólo para conseguir algo a cambio. Entonces, ¿por qué nos salvó?

La Palabra de Dios dice que lo hizo para que en los siglos venideros pudiera mostrarnos las abundantes riquezas de su gracia. Medite en eso. Dios va a pasar la eternidad mostrándonos las riquezas de su gracia. Por eso envió a Jesús al mundo: Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito. Dios dio a Jesús para que no fuera su único hijo. Él lo envió para poder tener más hijos para mostrarles su amor y derramar en ellos sus bendiciones, y ha planeado hacerlo por toda la eternidad.

Como creyente, usted tiene por delante el futuro más glorioso que cualquiera pudiera desear. Pero no espere hasta que llegue a la gloria para disfrutarlo. Puede comenzar ahora mismo. ¡Usted ya está sentado en los lugares celestiales con Cristo Jesús!

Lecture conseillée: Efesios 2:1-8

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