Dígalo con su vida
A la mayoría de nosotros no se nos ocurriría pensar que este versículo pudiera referirse a nosotros. Después de todo, somos creyentes. Nunca diríamos que no hay Dios.
Quizá debamos considerar esto de nuevo. Es cierto que con nuestros labios nunca diríamos algo así, pero ¿qué de nuestros hechos? Lo decimos cuando hacemos cosas que no deberíamos hacer y pensamos que no tienen importancia. Vemos películas inmorales o nos juntamos para criticar el pastor, a pesar de que sabemos que es contra la Palabra de Dios. Con nuestros hechos estamos diciendo que no hay Dios.
En el Salmo 14:1 vemos que hacer tal cosa está relacionada con la corrupción. Bien sea que se dé cuenta o no, cuanto más se comporta usted de esa manera, más se corromperá.
No cometa el error que cometen los necios cuando dicen públicamente que Jesús es el Señor de sus vidas, pero en la vida privada lo niegan con sus hechos. Sea sabio en todo lo que haga para que tanto su corazón como su vida digan en voz alta: « ¡Mi Dios reina! »
Lecture conseillée: Salmo 14:1-7; 15:1-5