Lecture quotidienne

Si usted es como yo, en este momento estará pensando: Anhelo participar en ese mover de Dios en los últimos días. No sólo pararme al borde de éste, sino ¡justo en el medio! Puede lograrlo -si usted se prepara-. ¿Cómo? Cumpliendo las tres siguientes instrucciones: En primer lugar, prepárese para recibir la más grande crítica que usted alguna vez haya experimentado. Nunca ha habido un mover de Dios que haya podido evitar la crítica, y este derramamiento no será la excepción. Si Jesús no pudo evitarlo, usted tampoco. Entonces determínese a no prestarle atención a ninguna crítica. Segundo, deseche el pecado de su vida. Usted sabe cómo: ¡sólo arrepiéntase! Y realice un cambio. Debe haber un nuevo fuego de santidad ardiendo y propagándose a través de las personas de fe en esta Tierra. Somos libres, gracias al Hijo del Dios viviente. Sin embargo, jamás seremos libres de obedecer la Palabra y los caminos de Dios; pues allí radica nuestra libertad. Tercero, ore por la lluvia. En Zacarías 10:1 se nos insta a pedir la lluvia en la estación tardía. Bien, el tiempo es ahora. Así que necesitamos orar por la plenitud de ésta. Debemos ir a nuestro lugar de oración. Preséntese delante de Dios, y elimine los placeres de este mundo. Enmudezca el ruido estruendoso que el diablo está haciendo. Todo ese entretenimiento fue creado sólo para distraerlo de sus momentos de oración y de la Palabra. No permita que esto surta efecto en usted. En lugar de ello, comience a orar y a utilizar su fe. Es tiempo de orar e interceder hasta que este derramamiento explote por completo sobre nuestro territorio, y en los demás países del mundo. ¡Qué vista tan impresionante se podrá observar cuando esto ocurra! Hace años cuando me encontraba predicando acerca de esta lluvia final, el Señor me declaró lo siguiente: Me he manifestado como lluvia, como fuego, como relámpago, como viento. No obstante, jamás me he manifestado como todos al mismo tiempo. Ahora en el tiempo de la lluvia temprana y tardía, verán todo de Mí por primera vez. ¡Analícelo! Un diluvio espiritual del poder del Dios viviente. Y esto no sucederá dentro de un siglo o dos. Tampoco en una o dos décadas, sino ahora; por tanto, ¡prepárese! ¡Alabado sea Dios! ¡Ya ha empezado a llover! 2 Samuel 7-8; 2 Corintios 2 ¡Ya ha empezado a llover! ¡El Señor está derramando de Su Espíritu sobre toda carne! (Joel 2:28).

If you’re like me, right now you’re thinking, Oh man, I want to be in on this move of God in the last days. I don’t want to be on the fringes of it either—I want to be right in the middle!

You can be—if you’ll get yourself ready. How? Primarily by doing these three things…

First, prepare yourself for the greatest criticism you’ve ever experienced. There’s never been a move of God that’s avoided criticism, and this outpouring will be no exception. If Jesus couldn’t avoid it, neither can you. Be determined to pay no mind to any criticism.

Second, get the sin out of your life. You know how. Just repent! And make a change. There must be a new fire of holiness burning and sweeping through the people of faith in this land. We’re free people, made free by the Son of the living God. But we are never free from obeying the Word and the ways of God. That’s where our freedom lies.

Third, pray for the rain. Zechariah 10:1 tells us to pray for the rain in the time of the latter rain. Well, the time is here. So we need to pray for the fullness of it.

We must get in our prayer closets. Go before God and turn off the pleasures of this world. Turn off the loud noise the devil is making out there. All that entertainment is only meant to do one thing and that’s to distract you away from prayer and the things of God’s Word.

Don’t let it succeed. Instead start praying and using your faith. It’s time to pray and intercede until this outpouring bursts fully upon our land and the lands around the world.

What a sight it will be when it does! Years ago when I was praying about this final rain, the Lord said to me, I’ve been manifested as the rain. I’ve been manifested as the fire or as lightning. I’ve been manifested as the wind. But I’ve never been manifested as all four at the same time. Now, in the time of the former and latter rain, you’re going to see all of Me for the first time ever.

Think of it! A spiritual storm of the power of the living God. And it’s not coming in another century or two. Or even another decade or two. It’s coming now, so get ready for it! Glory to God, it’s beginning to rain!

Speak the Word

« It’s beginning to rain! The Lord is pouring out His Spirit on all flesh! »  (Joel 2:28)