Semejante a un abrigo de piel
Dios ya puso a su disposición todo lo necesario para que usted sea libre y viva en total victoria. Yo lo descubrí en 1967, cuando leí Su Palabra como una carta de amor para mí, llena de promesas para mi vida. Me percaté que Dios era honorable, que Su Palabra era íntegra y que Él estaba comprometido a cumplir todo lo que me había prometido ?convertirme en la persona exitosa para lo cual Él me había creado: en lo espiritual, emocional, físico, financiero, y en mis relaciones?. Descubrí que Él haría cualquier cosa por mí cuando yo comenzara a vivir y a actuar conforme al amor. Cuando usted le expresa cuánto le ama, y comienza a obedecer Su mandamiento de amor, Él lo cubrirá como un abrigo de piel. Recuerdo una tarde en especial, yo estaba conduciendo por una carretera cuando esa nueva consciencia del amor de Dios me cubrió por completo. Tuve que salirme del carril y detener mi automóvil. Era la primera vez en mi vida que me acercaba a Dios sin un montón de súplicas ni deseando obtener algo. Le exclamé a Dios: «Ya no puedo seguir conduciendo. Tenía que estacionarme para levantar mis manos y expresarte cuánto te amo. Te alabo, Tú eres importante para mí. Padre celestial, mis necesidades son suplidas conforme a Tus riquezas en gloria en Cristo Jesús». Después le expresé: «Hace varios días me percaté que el mundo entero está en Tu contra. Quiero ir contigo. Deseo complacerte para alegrar Tu día. Quiero hacer todo lo que pueda para Ti en gran manera. El menor de Tus deseos es una orden. Sólo dime qué deseas y ¡qué anhelas que yo haga!». Sin embargo, Él no me pidió nada. En lugar de eso, Él me contestó: Hijo, ¿qué necesitas de Mí? ¿Hay algo que pueda hacer por ti? Así es el corazón de Dios hacia usted. Él le da todo lo que necesita para ser exitoso. Su Palabra es el límite. Créala, y aférrese a ella. Sea todo lo que Él creó en usted. Lea Su carta de amor para su vida… comience a decirle cuánto lo ama… y permita que Él lo cubra como un ¡abrigo de piel! Deuteronomio 26-27; Hechos 11 Dios me ha dado todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad (2 Pedro 1:3).
Lecture conseillée: Salmos 36:7-10; Proverbios 8:17-21