Dios honra a los que le honran. Él nunca olvidará las semillas de lealtad que usted siembre, sino que las multiplicará y se las devolverá en una cosecha de bendición. Malaquías 3:17 dice que en el día en que Él actúe, usted será para siempre un tesoro especial, ¡para siempre!

Reflexione en eso por un momento. Al honrar a Dios con su vida y sus labios, usted entra en una esfera de bendición que lo llevará literalmente a una eternidad que está esperando ser explorada.

Una vez que comience a tener esa clase de perspectiva eterna de las cosas, verá que es una falta de madurez enorme enojarse con Dios cuando las cosas temporales no salen exactamente cómo y cuándo usted las quisiera. Verá que su lealtad debe ser ante todo a Dios, que debe buscar primero el reino de Dios aun cuando las cosas parezcan estar saliendo mal. La Biblia dice que si usted hace eso, todas estas otras cosas le serán añadidas.

Dios nunca olvida. Él nunca olvidará que en medio de la batalla, cuando otros se daban por vencidos y decían que este asunto de la fe era una pérdida de tiempo, usted todavía le honraba y seguía firme confiando en sus promesas.

Decida en su corazón honrar a Dios y serle fiel en todo lo que diga hoy. Decida de una vez por todas que nada en su vida será más importante que el honrar a Dios. Siga honrándole y hablando palabras de fe; esto le traerá liberación en esta vida, y en la eternidad, usted estará muy satisfecho de haberlo hecho.