La misericordia de Dios es para siempre. Su deseo de obrar a favor de los hombres sigue vigente en la tierra. Su misericordia nunca se agota, ni nunca se ha debilitado ni disminuido.

« Alabad a Jehová… porque para siempre es su misericordia ». Grandes y poderosas cosas pasaban cuando el pueblo de Israel decía esas palabras. Son palabras de adoración y alabanza a Dios.

Cuando Salomón terminó de construir la casa de Dios, sonaron las trompetas y todos cantaron en unísono, y con trompetas, címbalos y otros instrumentos de música alabaron al Señor diciendo: « Porque Él es bueno, porque su misericordia es para siempre ».

El rey Josafat puso a algunos para que alabaran al Señor, y que fueran delante del ejército cantando: « Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre ».

Han pasado miles de años desde que Dios dijo que su misericordia es por generaciones y generaciones; y Él sigue mostrándole a usted su misericordia hoy día. Él abunda en misericordia para con los que le invocan. Atrévase a extender su fe para recibir la abundante misericordia de Dios, y confiese con su boca: « El Señor es bueno; su misericordia es para siempre. Su misericordia ha estado conmigo hasta el día de hoy ».