mars 12

De impío a justo

Kenneth Copeland
...por lo cual no se avergüenza de llamarlos [a nosotros] hermanos.

En algún momento de nuestra vida, todos luchamos contra los malos hábitos; y nos esforzamos por cambiarlos. Quizá alguno de estos intente regresar poco a poco a su vida; entonces deberá resistir al diablo en esa área. Usted puede enfrentarlo, use la Palabra de Dios y échelo fuera. Mientras tanto, no sea susceptible al hostigamiento o a la condenación, ya sea física o espiritual: pues es peligroso. No la acepte, ni permita que alguien más o usted mismo repitan cosas como: « Soy tan indigno, tan malo y tan inútil ». Esas palabras son contrarias a las Escrituras. Si Jesús entrara por la puerta y permaneciera entre nosotros los próximos 20 años, predicando cada minuto todos los días, jamás lo llamaría indigno; y lo puede comprobar al leer Hebreos 2. Si Jesús no se avergonzó de usted, entonces usted ¡tampoco debe avergonzarse de sí mismo! Por tanto, ya no se exprese de esa manera y comience a creer lo que afirma la Biblia. Crea que en Cristo Jesús usted es la obra maestra de Dios; y empiece a confesarlo. En lugar de recordar lo ruin que haya sido, póngase de acuerdo con la Palabra y proclame que usted es la justicia de Dios en Cristo Jesús (2 Corintios 5:21). Véase de esta forma y crea en su victoria; después de todo, Jesús ya venció por usted. Por tanto, ¡acepte esa victoria por fe! Números 29-31:24; Juan 13-14 Jesús no se avergüenza de mí; por tanto yo tampoco me avergüenzo de mí mismo (Hebreos 2:11).

Lecture conseillée: Hebreos 9:11-28

Inscrivez-vous pour recevoir la lecture quotidienne dans votre boîte de réception.

  • Ce formulaire permet de recueillir votre nom et votre adresse électronique afin que nous puissions vous envoyer le livre de piété par courrier électronique. Notre politique de confidentialité explique comment nous traitons et protégeons vos données.