Creados para alabar
Fuimos creados para alabar a Dios. Muchos creyentes no saben eso. Cuando la alabanza comienza en los cultos, se sientan atrás y dicen: « No me siento cómodo con todos esos cantos y gritos. Creo que la alabanza no me va a mí ».
Pues, sí le va, porque según la Biblia, si usted respira, fue hecho para alabar.
No trate de evadir el tema diciendo que usted alaba en su corazón. Eso no es suficiente. La Palabra dice que también necesita tenerla en su boca (Salmos 34:1), y en Salmos 132:16 dice que « sus santos darán voces de júbilo ». Usted no puede dar voces de júbilo y guardar silencio al mismo tiempo.
Cuando empiece a alabar por primera vez, quizá le parezca extraño; pero si lo hace con frecuencia, se convertirá en algo natural. ¿Por qué? Porque la alabanza hace no solo que la gloria de Dios se manifieste en su vida, sino también que usted ande a la luz de la presencia del Señor (Salmos 89:15). La alabanza empezará un avivamiento en su vida.
« Pero, Gloria – me dirá usted – , si empiezo a alabar de esa manera, la gente pensará que soy un fanático ».
Bueno, qué bien. ¿Sabía usted que todo avivamiento que ha habido en el mundo ha venido por alguien que la gente consideraba fanático? Dios hace las cosas de una manera diferente de como las hace el mundo. Por esa razón, cuando usted se despoja de sus prejuicios y deja que el Espíritu de Dios actúe por medio de su vida, la gente que no conoce los caminos de Dios pensará que usted es extraño. Pero Dios pensará que usted es algo especial.
A propósito, no se limite a alabar a Dios en la iglesia, sino que alábelo cuando está orando en su casa, es más, alábelo todo el día. Aprenda a tener una actitud de alabanza y acción de gracias siempre. Cuando la alabanza sea algo natural en su vida de oración privada, se le hará más fácil alabar a Dios en los cultos de la iglesia.
¿Anhela usted un avivamiento de la presencia de Dios en su vida? ¿Está cansado de oír acerca de las manifestaciones del poder de Dios en el pasado? Entonces, abra su boca y su corazón y empiece a alabar, porque para eso le creó Dios.
Lecture conseillée: Salmos 150