juin 30

Busque la promesa

Kenneth Copeland
Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder [de Dios], mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.

Si está atravesando un desafío de fe, lo primero debe ir a la Palabra y buscar las promesas de Dios referentes a su situación. 2 Pedro 1:3-4 es nuestra garantía de que existen promesas para todo. Una vez que encuentre las promesas, y las establezca en su corazón; enfoque su atención en ellas. Manténgalas siempre en su mente. Hace años, mis hijos comprobaron el poder de este principio cuando eran muy pequeños. Ellos se acercaron a mí y me dijeron que querían un bote, a fin de que pudiéramos ir al lago como familia, y pasar un tiempo juntos. Yo respondí: Eso me suena fabuloso, pero tu madre y yo no utilizaremos nuestra fe para obtenerlo. Estamos de acuerdo con ustedes, pero deberán conseguirlo, utilizando su propia fe. Entonces ellos se fueron, abrieron la Biblia y buscaron las promesas que se aplicaban a su situación (John era muy pequeño para leer. Él sólo escuchaba, y estaba de acuerdo). Después escribieron un acuerdo lo firmaron y lo pegaron en la puerta del refrigerador. Desde ese día en adelante, cada vez que ellos pasaban por el refrigerador, tocaban el acuerdo y confesaban: «¡Gracias Dios por nuestro bote!»; en otras palabras, ellos mantenían este acuerdo constantemente delante de sus ojos y en su corazón. De vez en cuando, John se molestaba con Kellie, y yo le decía: Hijo, deberías tener cuidado, no puedes obrar en fe si no actúas primero en amor. Y se necesitará fe para obtener ese bote. Y él replicaba: «¡Me arrepiento, me arrepiento!». Para no hacer tan larga la historia, 10 días después, un amigo me llamó y me regaló un bote. Luego otro amigo me llamó y me dio un yate con motor ligero. ¿Por qué dos botes? -le pregunté al Señor. Ve a leer el acuerdo -me respondió. Aquellos niños se habían puesto de acuerdo para tener el « bote perfecto ». Para ellos esto significaba un bote que pudiéramos usar para pescar, para practicar el esquí acuático y para llevar a la familia completa. ¡Se necesitaron dos botes para llenar los requisitos del acuerdo! Buscar la promesa de Dios, facilitó la fe de John y Kellie; y esto también se lo facilitará a usted. Es sencillo creer que alguien hará algo por usted si sabe que ya lo ha dicho con anterioridad -especialmente cuando es alguien como nuestro amoroso Padre celestial-. 2 Crónicas 12-13; Hebreos 3 Dios me ha dado todo lo que le pertenece a la vida y a la piedad (2 Pedro 1:3).

Lecture conseillée: Proverbios 4:20-27

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