La mayoría de creyentes andan derrotados día tras día, mes tras mes, año tras año. Usted ya los habrá escuchado, ellos se expresan así: « Simplemente no puedo entenderlo. Creo en la Biblia y en que Jesús me ha hecho libre de esta enfermedad. Creo que me ha liberado de este pecado… y de la escasez. Sin embargo, aún no he obtenido la victoria ». El problema radica en que esas personas se encuentran demasiado débiles espiritualmente como para recibir lo que Jesús les ha dado. Necesitan un reconstituyente que fortalezca de nuevo sus creencias, que les dé brillo a sus ojos, un impulso a sus pasos y la fuerza espiritual que necesitan para golpear al diablo en la cabeza y tomar lo que les pertenece. Ésa es la función exacta del gozo del Señor. Nehemías 8:10, declara que el gozo del Señor es nuestra fortaleza. Ese versículo es literalmente verdad. Para entender la razón, debe reconocer que el gozo no es felicidad. La felicidad es de corta duración, una condición temporal que depende de la comodidad de su carne. En cambio, el gozo es una fuerza espiritual muy importante. No se basa en las circunstancias exteriores, sino en la condición de su corazón. La felicidad es débil y desaparece cada vez que existe un problema. En cambio el gozo es resistente. Si se lo permite, éste se mantendrá fluyendo en medio de la situación más miserable. Le ayudará a permanecer tan sólido como un tronco mientras se acaba el problema. Soy consciente que si usted se encuentra en medio de un problema, posiblemente sienta que éste nunca terminará. Sin embargo, créame, ¡sí acabará! En Salmos 30:5, leemos: «…Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría». Si usted es una persona de fe, no importa qué tan oscuras parezcan las condiciones por ahora; puede descansar seguro, ya que pronto surgirá un día radiante. Por esa razón, el diablo no puede atacarlo; él no tiene el poder. Entonces, si le permite a la fuerza del gozo mantenerlo firme, ¡sobrevivirá al ataque del diablo, y al final éste se dará por vencido y admitirá su derrota! Recuerde, ¡la Palabra promete que el gozo vendrá! Y el gozo es su fortaleza. Éste es poderoso. Y le permitirá vencer… y se encuentra en su interior. Ríndase a éste y sus problemas se acabarán muy pronto. 2 Crónicas 6-7; Filemón. El gozo del Señor es mi fortaleza. ¡El gozo viene a mí! (Nehemías 8:10).