No importa qué clase de problema enfrente a cada momento. La gracia de Dios siempre es más que suficiente para ¡librarlo de éste! Sólo debe tomar de Sus beneficios, por fe. Si desea disfrutar de la gracia de Dios ?Su favor incondicional?, entonces comience a liberar su fe. Sumérjase en la Palabra. Deposítela en su corazón y declárela con su boca. Empiece a creer y actuar conforme a ésta. Si cumple con esto, no será derrotado en ningún área de su vida. Pues no existe situación, circunstancia o desastre ?nada que Satanás haya hecho o pueda hacer? que sea más fuerte que la gracia de Dios. El apóstol Pablo lo comprobó. Él enfrentó más problemas de los que nosotros podríamos imaginar. En 2 Corintios 11:23-29 nos enumeró qué le sucedió: fue azotado, apedreado, estuvo en prisión, naufragó, etc. Pablo expresó que le había sobrevenido todo eso porque un mensajero del diablo había sido enviado para impedir que predicara el evangelio. Pablo lo denominó un aguijón en la carne (2 Corintios 12:7). Ese demonio trabajó duro para callar la boca de Pablo y para desviarlo de su camino; pero nada funcionó. ¿Por qué? Porque la gracia estaba con el Apóstol; es decir, el favor de Dios. Recuérdelo cuando las circunstancias vengan en su contra. Cuando el diablo intente destruir su vida y parezca que no existe solución alguna para resolver un problema, no se desespere. El poder de Dios sobresaldrá en esas situaciones. Su favor siempre es suficiente para que usted llegue a la cima. No permita que el diablo lo intimide. En la Biblia se nos enseña que él está limitado a las cosas de este mundo natural, mas la gracia de Dios es ilimitada. Ésta liberará el poder sobrenatural del cielo a su favor. Háblele a sus circunstancias, declarando: Soy una nueva criatura, un hijo del Todopoderoso. Su favor sobrenatural me rodea como un escudo en todo tiempo. Y éste es más que suficiente para librarme de este problema. Mi fe se establece en la Palabra; por tanto, triunfaré en esta situación por ¡la gracia de Dios! Levítico 12-13; Lucas 11 El Señor me bendice porque soy justo. Él me rodea con Su favor como un escudo (Salmos 5:12).