Quizá en este momento usted esté a punto de tomar una decisión muy importante: un cambio en el trabajo, en la iglesia o en su vida personal. Usted sabe que necesita consejo de Dios y ha estado esperando con ansiedad que Él le diga algo.

Si esa es su situación, no se descontrole. Para ser guiado por el Señor no es necesario pasar por un proceso largo que solo algunos pueden llegar a dominar.

Yo descubrí eso hace años cuando apenas me había convertido. Quería vivir de una forma que fuera agradable a Dios, pero no sabía cómo tomar decisiones que estuvieran de acuerdo con su voluntad.

Entonces, un día, mientras estudiaba la Biblia, llegué a Proverbios 16:3. De inmediato me aferré a este versículo y empecé a aplicarlo a mi vida, y ahora puedo decirle, por experiencia propia, que de veras se cumple.

También se cumplirá para usted si hace lo que dice ese versículo. Encomiende sin reservas sus obras y sus caminos al Señor. Entonces Él empezará a adaptar los pensamientos suyos a los de Él, hasta que llega el momento en que usted sabrá lo que debe hacer.

Por supuesto, la fe entra en juego. Uno de los requisitos es la confianza en Dios, y usted no podrá tenerla sino se alimenta de la Palabra. Luego, cuanto más encomiende al Señor sus obras y cuanto más confíe en Él, más aumentará su capacidad para escucharle. Empiece ahora mismo con cualquier problema que lo esté molestando. Ore y póngalo en las manos del Señor; o sea, cuando ore, crea que recibirá. Deje de preocuparse y empiece a creer.

Aprenda a vivir según los principios antes mencionados, y no importa si usted ha sido cristiano por 30 minutos o por 30 años, sus pensamientos serán afirmados y sus obras saldrán bien.